El presidente argentino, Javier Milei, llegó a Suiza para participar en el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), con el objetivo de consolidar su imagen internacional y posicionarse como un referente del liberalismo. El evento, que se celebra esta semana en Davos, reúne a líderes políticos, empresariales y sociales de todo el mundo bajo el lema "Comprometidos con mejorar el estado del mundo".
La delegación presidencial aterrizó en Zúrich en medio de temperaturas cercanas a cero. Este contraste climático no hizo más que resaltar la calidez de los recuerdos que Juan Manuel, un argentino residente en Suiza, guarda de Milei. Hace más de una década, el entonces economista le consultó por la mejor ruta para llegar desde el aeropuerto a Davos. Hoy, como presidente, Milei ya no necesita esas indicaciones; su lugar está garantizado entre los mandatarios que ocupan las mesas más influyentes del foro.
Esta edición 2025 tiene un matiz especial para Milei: llega al evento días después del inicio de la segunda presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, marcando un giro en la política global. Con su sintonía ideológica con el nuevo inquilino de la Casa Blanca y respaldado por el peso de la principal economía mundial, Milei busca proyectarse como un líder clave del liberalismo en un escenario históricamente dominado por discursos más cercanos a la socialdemocracia.
Davos: entre las cumbres y las castas
El Foro Económico Mundial, fundado en 1971 por el economista Klaus Schwab, es reconocido por congregar a las figuras más influyentes del planeta para debatir sobre los desafíos económicos, políticos y sociales. Sin embargo, su lema de "mejorar el estado del mundo" no está exento de cuestionamientos. Milei, fiel a su estilo combativo, podría aprovechar la oportunidad para desafiar las narrativas dominantes y poner sobre la mesa preguntas incómodas: ¿qué implica realmente esa "mejoría"? ¿Para quién es?
Davos, con sus calles bloqueadas por motivos de seguridad y su ambiente exclusivo, se convierte en el epicentro de las agendas globales. Para Milei, el foro es más que un espacio de diálogo: es un escenario estratégico para cuestionar lo que él denomina "las castas", mientras busca reposicionar a Argentina en el mapa político mundial, más allá de su modesta participación en el PBI global.
Un discurso que trasciende fronteras
La agenda de Milei incluye un discurso clave, que será su carta de presentación en su primer año como presidente. Allí buscará exponer su visión liberal y los logros de su gestión, desafiando a los críticos que etiquetan sus intervenciones como meros relatos. Pero en Davos, donde la economía argentina ha sido históricamente un misterio para muchos, Milei tiene la ventaja de narrar una historia que pocos conocen en profundidad.
Lejos de los clichés que reducen a Argentina a sus glorias deportivas —Maradona y Messi siguen siendo sus embajadores más reconocidos—, Milei intentará marcar la diferencia con un mensaje disruptivo. Davos es más que una plataforma: es el campo de batalla ideológico ideal para que el liberalismo criollo plante cara a las corrientes progresistas predominantes.
El León nacido en Palermo tiene ante sí una oportunidad histórica. Si logra aprovecharla, su paso por Davos podría marcar un antes y un después en su proyección internacional, consolidándolo como un referente global en tiempos de cambio político y económico.